miércoles, 21 de enero de 2009

Diario de Farael Ok-Sum (Día 19)

Día 18 de la Séptima Estación
Año 256 de la Era III
Farim, Nuevo Därlack

Nuestro viaje hoy ha sido bastante interesante. Por un lado, Raennor me ha seguido haciendo preguntas, cada vez más, aunque por otro, yo sólo le cuento lo que debe saber. No he de olvidar que, hasta que no tenga la edad apropiada, no puedo revelarle todo.

Lo primero que me ha preguntado Raennor es el porqué del gran río de fuego que divide nuestro mundo. Me ha sorprendido, pues es una historia que, cuando llevaba vida de ermitaño, conté más de una vez sentado en la plaza del pueblo, con multitud de jóvenes escuchando lo que creían que era una simple historia salida de mi mente.

Saqué de mis alforjas un pequeño libro, y se lo presté. Éste es un libro que escribí hace mucho tiempo, con las historias que fui recabando en mis viajes por el mundo, aunque pasado un tiempo, cuando mi juventud y mi credulidad pasó, yo, como otras pocas personas, comencé a hacer preguntas a mi maestro…

En fin, Raennor, aún no había terminado la historia y devuelto el libro, me interrumpió con una de sus habituales preguntas; ¿y porqué referimos el mundo como Nuevo y Viejo Därlack, si hace tantos siglos que no sabemos qué ocurrió con las gentes del otro lado?

Es una pregunta sin una fácil respuesta. Todos los humanos del Nuevo Därlack queremos creer que, pese al cataclismo, se conservó la semilla de la vida en el otro lado, al igual que aquí seguimos viviendo. No está demostrado que quede nada en ese lugar, pero todos tenemos la ferviente creencia de que un día, quizá no muy lejano, conseguiremos vadear el río y encontrarnos con los hermanos perdidos que un día tuvimos…

Tras esta historia, he dejado a Raennor cavilar sobre lo leído, pero a mi me embarga un sentimiento de culpabilidad al saber que no es completamente cierta la historia, de tener el conocimiento de que le oculto cosas.

Sólo espero que pase mucho tiempo antes de que Raennor empiece a hacerse preguntas más profundas, pues todavía no se cómo contarle todo lo que se, ni creo que en realidad llegue a estar preparado nunca para ello.

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